No te rindas,
aunque a veces duela la vida
y pesen tus muros
zarandeando tu existencia.
No te rindas,
aunque las lágrimas recorran tu rostro
y te hierva la sangre con tanta insistencia.
No te rindas
aunque la amargura te apriete la garganta
y exprima tus fuerzas hasta que no te queden ganas.
Y aunque tu miedos te coman por dentro
y la pena oscurezca tu alma
No te rindas…
Jesús Mª Salvador ©